Que descanse en paz, en los brazos amorosos de Dios... Donde no hay dolor... Donde no hay pena ni pena... Donde no hay miedo ni ansiedad... Donde puede tener la vida libre de preocupaciones de la que estuvo privado durante tanto tiempo. Desde que tenías 2,5 años, has estado luchando contra este Monstruo, pero nunca te quejaste. Lo único que pediste, fue que estuvieras en tu cuarto, con tus juguetes, tu hermanito y tus padres. Durante los últimos 5 años, ha estado peleando esta batalla desigual que ningún niño debería experimentar. Sin embargo, nunca perdiste la esperanza, nunca perdiste tu sonrisa... Lo único que podemos decir es POR QUÉ. ¿Por qué un niño debería sufrir así? ¿Por qué perdió esta batalla después de todo lo que ha pasado? Desafortunadamente, nadie puede responder eso. Esa es solo la dura realidad que tenemos que enfrentar. ¡Ningún niño debe ser privado de una atención médica adecuada y siempre seguiremos luchando para asegurarnos de eso! Estar a su lado durante estos últimos dos años ha sido un gran honor y un privilegio. No importa el resultado, siempre serás recordado como un luchador y un ganador. Descansa en paz querido amigo...